Y yo no sé de dónde pero surgieron las garras, y con ellas se provocaron los jadeos, las convulsiones, las sacudidas y los temblores. Sarah recurre a los ancianos para destapar su instinto y su intuición, y recurre al canto y al llanto para re-surgir, para re-nacer.
Que lo divino es luz y oscuridad a la vez, y no nos damos cuenta de ello hasta que lo abrazamos y lo aceptamos. Que somos dos, y tres, y cuatro a la vez. Y que cada parte forma parte de un todo. ¿El objetivo? SER.
SIGUE EL LIBRO…
DREW JIMÉNEZ ©