Cuando observo y pienso alrededor del cuerpo del folclore siempre se yerguen dos columnas, maleables y flexibles pero armadas, como símbolo de una memoria nómada pero perenne.

Son dos columnas que aparecen durante el estudio y la praxis de las lateralidades de un cuerpo mecánico y consciente y que conforman ambos hemisferios.

Tenía tiempo que quería dibujar este diagrama en concreto (llevaba meses rebotando en mi cabeza como una canica), trazar a mano alzada y ponerle color a las ideas y recursos que luego nombro en mis clases y talleres como “mis frikismos”.

El trazo, igual que la escritura, son procesos de documentación alrededor de la danza que desde el barroquismo francés andan latentes.
Es por eso, que en la siguiente imagen comparto el retrato de 2005 que el arquitecto Lawrence Halprin le hizo a su mujer y coreógrafa Anna Halprin, símbolo de su simbiosis después de 65 años de matrimonio. Trazos que muestran la cantidad de influencias de Anna a lo largo de sus años como bailarina, creadora y pedagoga, como un gran diagrama de lo que fuera su vida.

Sigo.
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Universo de un cuerpo danzante.
A.

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